LA FASCINACIóN POR LO INCOHERENTE

La fascinación por lo incoherente

La fascinación por lo incoherente

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La década de los 90 fue un periodo cautivador, que conectó el brillo de los 80 con la revolución tecnológica del 2000. A nivel de sensualidad, los 90 fueron un carnaval de contradicciones: minimalismo puro junto al grunge más descuidado, y a la vez, un regreso del glamour con foco en lo individual. A diferencia de épocas más evidentes, los 90 apostaron por el misterio, con una sensualidad matizada, sutil y frecuentemente andrógina. Luego de años de excesos, hombreras descomunales y peinados rígidos, los 90 abrazaron lo esencial. El resultado: una sensualidad natural, sin pretensiones ni complicaciones. Recuerda los lenceros simples, los cortes rectos y esa piel al aire en lugares clave. Se priorizaba la autenticidad: maquillaje sutil, peinados relajados y rasgos al descubierto. La sensualidad no gritaba, susurraba.

Heroína Chic, minimalismo y el encanto andrógino

Una de las estéticas más revolucionarias y polémicas del momento fue “heroína chic”. Modelos icónicas como Kate Moss, con su delgadez etérea y mirada profunda, representaron una belleza frágil y algo andrógina. Lo propuesto por esta tendencia era disruptivo: una belleza sin filtros, menos convencional y más auténtica. Aquí no importaba la forma del cuerpo, sino la capacidad de proyectar actitud y un aura seductora. El uso de ropa amplia y prendas masculinas se volvió tendencia, borrando fronteras de género y sumando misterio a la sensualidad femenina.

Las diosas de las pasarelas

A la vez que el minimalismo ganaba espacio, surgió el reinado de supermodelos como Cindy, Naomi y Claudia. Con ellas volvió la celebración del cuerpo femenino curvilíneo, putas bogotá bonitas con actitud poderosa y confianza plena. Las campañas legendarias y desfiles inolvidables en los que participaron reflejaban una feminidad magnética con sofisticación inigualable. Su estilo era de una sensualidad clara, sin temor a la mirada y con espíritu aspiracional.

La verdadera sensualidad de los 90 se encontraba más en la actitud que en el vestuario. El papel de la música fue determinante. Del grunge crudo de Nirvana, que proponía una sensualidad caótica, al pop de Britney y Spice Girls con su energía femenina y poderosa. Músicos y actores se convirtieron en símbolos de actitud, influenciando la forma de vivir la sensualidad.

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